Hablar de comercio internacional en estos momentos genera todo tipo de comentarios llenos de incertidumbre y duda, las conversaciones sobre el TLCAN se endurecen y hasta ahora no han arrojado resultados han sido definitivos ni favorables para nuestro país. Las regulaciones y amenazas de aranceles especiales no pintan un panorama muy afortunado para el libre comercio con Estados Unidos.

Por otro lado, cada vez existe mayor interrelación entre lo que ocurre en los mercados internacionales y lo que sucede en la economía de cada país, y si analizamos el declive en las finanzas de la mayoría de los países latinoamericanos, descubrimos focos rojos que alertan sobre la necesidad de abrirse a nuevos socios comerciales para asegurar el movimiento de bienes y servicios en otros mercados.

El continente asiático, con países como Dubai, Corea, China y Japón, se abre al mundo para realizar operaciones comerciales internacionales, y beneficia a sus aliados al posicionar mejor sus productos e ingresarlos a mercados desconocidos.

Ante este proceso de globalización e integración económica y un entorno de internacional con mayores actores, y en consecuencia mayor competencia, México necesita realizar un gran esfuerzo para ofrecer productos de excelente calidad, contar con empresas sólidas, crear redes de distribución efectivas, y usar la tecnología de punta y las inversiones necesarias para lograr esta vinculación entre naciones.

La integración económica plena se da cuando se realizan acuerdos que incluyen libre comercio o circulación de mercancías, aranceles externos comunes, libre movilidad de factores, implementación de políticas comunes en distintos sectores de la economía, política económica armonizada y política económica unificada. De ahí que sea necesario fomentar acuerdos multilaterales que eliminen las barreras comerciales existentes hoy en día e incluso arriesgar con fórmulas de integración regional para formar un mercado único con países emergentes líderes en el comercio.

Esta búsqueda de nuevos acuerdos, bloques y mercados se hace más urgente ahora que el comercio mexicano se percibe vulnerable porque más del 80% de nuestras exportaciones tienen como destino el mercado estadounidense. Esta situación exige la exploración de nuevas áreas de oportunidad en las que podamos trabajar para fortalecer el libre comercio, la integración regional y generar más puestos de trabajo para los mexicanos.

Por ello vale la pena enunciar los objetivos y beneficios de una integración económica que asegure una libre movilidad de mercancías:

▪Eliminar los obstáculos al comercio y a la libre circulación de bienes, mercancías y personas.
▪Lograr la reducción de los costos de transporte.
▪Implementar políticas comunes en distintos sectores de la economía.
▪Establecer tarifas o aranceles externos a los países no miembros.
▪Incrementar el comercio entre los países miembros.
▪Disminuir los riesgos que generan situaciones de incertidumbre en la economía global.
▪umentar la demanda del consumidor ofreciendo precios justos y competitivos.
▪Explotar los sectores que mayores beneficios le generen al país de manera especializada como el agropecuario, petrolero, textil, etc.
▪Obtener una economía más sólida.

En conclusión, el futuro comercial de nuestro país se vislumbra incierto pero es el momento ideal para convertir a México en un estado desarrollador con empresas realmente mexicanas que sean las que exporten y generen un comercio saludable. Es además un buen momento para desarrollar otros nuevos mercados.